José Antonio Tolosa Caceres
Historiador, escritor y poeta

ELEGIA PARA ELIGIO




Elegía para Eligio
 
Para doña Laura Villalobos de Álvarez.
 
 
Eligio se ha marchado.
Se ha ido esta mañana
con el fulgor del último lucero
por el camino de la muerte
hacia el imperio de la nada
 
En su equipaje de viajero
llevó tan sólo un sueño;
un sueño de basalto y ambrosia
bebido en una copa dolorosa
azul como sus versos.
 
Eligio se ha marchado
esta mañana
con la primera rosa,
con la primera luz,
con el primer aroma
del búcaro del día.
 
Viajero impenitente
de sueños imposibles
de azules horizontes
y rosas incendiadas
se fue… sencillamente.
 
Se fue como quien era
un hombre atormentado.
En su flébil esquife
surcó la mar procela
 
-          y como Ulises –
no escucho el canto
zalamero de pérfidas sirenas.
No la estulticia pudo
socavar sus cimientos.
 
Era como una roca
en lucha con los vientos
que soplan de los vórtices
terribles y violentos
y todos sus vejámenes
estoico soportó.
 
Se fue como quien era
un hombre enamorado
de vastas lejanías
y claros horizontes.
 
Amaba el mar, la vida,
los cielos y los montes;
el Arte y la mujer!
el vino y el amor;
y la amistad tenia
un trono de oro
en su noble corazón.
 
Eligio se ha marchado esta mañana
en la corola azul
de la rosa del alba.
 
Pero Eligio no ha muerto
apenas se ha dormido.
 
Ha caído la venda de sus ojos
-          ya no lo agraden las tinieblas-
 
y en la paz sempiterna
labra eras azules
para sembrar estrellas.
 
Nacerán mariposas de sus manos,
florecerán luceros de su pecho
y el árbol luminoso de su ausencia
frutecerá cosechas de recuerdos.
 
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