CUANDO DIGO PAMPLONA
Cuando digo Pamplona
Cuando digo Pamplona
es como si nombrara
la luz amortiguada
de todos los crepúsculos;
es como sí en mis labios
florecieran manzanas
y un río cristalino
por mi mente cruzara.
Cuando digo Pamplona
nombro todas las cosas
que en un tiempo lejano
me fueron placenteras;
nombro el campo esmaltado
de trigos y geranios
y el río que apacienta
rebaños de violetas.
Mi alma impenitente,
romántica y viajera,
revive la parábola
jovial de los senderos
y en el calidoscopio
del corazón regreso
a vivir el paisaje
de mis años primeros.
Entonces soy un árbol,
de frutos vesperales,
otoños y veranos
sobre mi fronda imperan.
Un arrayán añoso
de vayas invernales.
Una torcida encina
que sueña primaveras.